MANIFIESTO ELECTORALNACIONAL
PREPARADOS
PARA CONTINUAR
Ante
la celebración de los comicios autonómicos y locales que tendrán lugar el
próximo 24 de mayo de 2015, los candidatos que conformamos las candidaturas del
Partido Popular asumimos públicamente este Manifiesto, y con él, reafirmamos
nuestro compromiso inequívoco con el proyecto de recuperación nacional que
juntos estamos llevando a cabo los españoles.
UN
MANDATO PARA LA RECUPERACIÓN
En
las últimas elecciones autonómicas y locales los ciudadanos confiaron al
Partido Popular y a sus representantes electos un mandato para sacar a España
de la crisis y devolverla a la senda del crecimiento, el empleo y el bienestar.
Pero
también nos concedieron un mandato para recuperar la concordia y el
entendimiento entre los españoles, para que la moderación y el reformismo
volviesen a ser los ejes de la vida política española y las bases sobre las que
construir el progreso y el bienestar. En definitiva, los españoles nos
otorgaron un mandato para el cambio.
Durante
todo este tiempo, nuestros concejales, alcaldes y diputados, nuestros gobiernos
provinciales, insulares y autonómicos y el Gobierno de la Nación, han trabajado
sin descanso para hacer realidad la promesa de legar a las generaciones futuras
un país mejor que el que recibimos. Un país que vuelve a creer en sus capacidades,
en su potencial, y en su legítima aspiración de construir una sociedad más
justa, próspera y solidaria.
La
tarea que se nos encomendó no fue fácil, pero desde el Partido Popular nunca
hemos dado un paso atrás ante las dificultades. Prometimos a los españoles que
sacaríamos a España de la crisis y lo estamos cumpliendo.
A
lo largo de estos cuatro años hemos sido honestos en la adversidad. Apelamos a
la comprensión y la entereza de los ciudadanos, y tomamos decisiones difíciles.
Pedimos sacrificios y esfuerzos compartidos, y en aquellos momentos en que
nuestro país se asomaba al abismo, nunca tratamos de maquillar la realidad más
dura, difícil e injusta que habíamos conocido.
Los
gobiernos del Partido Popular, gracias a la confianza de millones de
ciudadanos, pusimos en marcha la agenda reformista más ambiciosa de la
democracia. La agenda que España y los españoles necesitaban para dejar atrás
el pesimismo y volver a mirar con confianza hacia el futuro.
Nuestra prioridad ha sido luchar contra el paro, la pobreza,
las desigualdades y la exclusión social. Solo devolviendo a los ciudadanos la
capacidad de construir su propio destino, podemos aspirar a una sociedad mejor.
Por eso, la creación de empleo sigue siendo la piedra angular para mantener las
bases del Estado del Bienestar.
Con la colaboración de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas,
hemos garantizado la prestación de todos los servicios sociales y sanitarios,
asegurando su sostenibilidad; hemos reformado la educación para aumentar la
calidad de la enseñanza, reducir la tasa de abandono e incrementar la
empleabilidad; hemos reforzado las ayudas a mujeres, niños, jóvenes, mayores,
dependientes y personas con discapacidad, y hemos puesto en primera línea la
lucha contra la violencia de género y el apoyo a las víctimas.
Hemos hecho de la cohesión social, el empleo y la igualdad de
oportunidades el eje de nuestras políticas, impulsando al tiempo la solidaridad
y el apoyo a los sectores más desfavorecidos y vulnerables de la población.
Pero también hemos puesto en marcha una política seria y
rigurosa para recuperar la estabilidad económica e institucional y para
desarrollar una gestión pública, más moderna, ágil, austera y eficiente. Hemos
gastado menos, pero hemos gastado mejor.
Hemos pagado las deudas que tenían las Administraciones con
los proveedores, evitando la destrucción de empleo. Hemos eliminado
duplicidades, hemos suprimido organismos innecesarios y hemos recortado el
número de altos cargos. Hemos hecho de la transparencia una norma de obligado
cumplimiento y hemos aprobado el conjunto de medidas más ambiciosas para luchar
contra la corrupción.
Hemos reformado y bajado los impuestos, compensando a los
trabajadores, a las familias y a las empresas por los sacrificios que han
tenido que realizar para recuperar la estabilidad económica y presupuestaria.
Hemos sentado las bases de un desarrollo cimentado en la
innovación y nos hemos comprometido con la mejora de nuestra competitividad, el
crecimiento económico y la creación de empleo. Y estamos llevando a cabo la
reforma de las administraciones públicas más ambiciosa de los últimos treinta
años.
QUEDA MUCHO POR
HACER
Sabemos que todo esto no es suficiente. Nuestra meta no solo
es la recuperación, sino la transformación económica y social de la Nación,
encaminándonos con paso firme y rumbo decidido hacia la prosperidad. Estamos
construyendo un nuevo futuro para España. Por eso consideramos que la tarea no
está acabada y pedimos a los ciudadanos su confianza para llevar adelante
nuestro proyecto reformista cuatro años más.
Desde los Ayuntamientos y Comunidades Autónomas de toda
España queremos seguir impulsando los cambios necesarios para garantizar el
bienestar y la prosperidad de todos los españoles durante las próximas décadas.
Tenemos que consolidar la tendencia de creación de empleo,
prestando una especial atención a los desempleados de larga duración, a los
jóvenes y a las mujeres.
Tenemos que seguir promoviendo reformas en la economía y en
las Administraciones Públicas para que nunca más se vuelvan a poner en riesgo
los servicios básicos del bienestar. La estabilidad y la sostenibilidad deben
seguir siendo las dos columnas sobre las que afianzar el crecimiento.
Tenemos que asentar la cultura de la administración austera,
moderna, ágil, solvente, transparente y sin duplicidades. Una administración
accesible y para todos, al servicio de las personas las veinticuatro horas del
día los trescientos sesenta y cinco días al año, que no sólo asegure un mejor
servicio público al ciudadano, sino que suponga, además, una palanca de apoyo e
impulso a los sectores generadores de riqueza y empleo.
Tenemos que seguir invirtiendo en educación, en talento y en
innovación, para que las próximas generaciones estén en condiciones de competir
con éxito en la economía global del conocimiento.
Tenemos que seguir profundizando en un modelo de desarrollo
equilibrado, que permita alcanzar los objetivos de cohesión territorial,
movilidad social y competitividad. La energía, las redes de transporte y el
desarrollo industrial serán claves para este propósito.
Tenemos que devolverles a las familias el reconocimiento y el
apoyo que ellas han prestado durante los peores momentos de la crisis. Son la
primera sociedad del bienestar, proporcionan confianza y seguridad y han sido
una sólida red de protección frente a la pobreza y la exclusión social.
Tenemos que
seguir redoblando nuestros esfuerzos con aquellos que peor lo están pasando,
los que han sufrido en primera persona las consecuencias de la crisis.
Tenemos que volver a construir un país en el que ser joven no
sea un problema sino una oportunidad. Un país al que volver a mirar con
confianza, optimismo e ilusión donde puedan desarrollar sus proyectos
personales y profesionales en libertad.
Tenemos que tener presente en nuestras acciones a los casi
dos millones de compatriotas que residen fuera de España, haciéndolos más
partícipes de las políticas del gobierno y de la actividad de nuestro partido.
Tenemos que devolver la iniciativa a la sociedad, favoreciendo
la creación, la libertad y el dinamismo cultural como mejor manifestación de
una sociedad moderna y avanzada.
Tenemos que seguir promoviendo entornos sostenibles y
medioambientalmente responsables, protegiendo nuestros recursos naturales. La
lucha contra el cambio climático es una prioridad global, pero que debe
abordarse también desde nuestros municipios y comunidades autónomas.
Tenemos que consolidar el desarrollo de un entorno rural con
futuro, generador de empleo y riqueza, atractivo para nuestros jóvenes y que
respete el medio ambiente. Lo haremos de forma integral, poniendo en valor
todas sus potencialidades económicas, medioambientales, sociales y culturales.
Tenemos que hacer un país en el cual las personas mayores se
sientan plenamente integradas en la sociedad, donde puedan envejecer de manera
autónoma y saludable, y en el que puedan recibir la ayuda que precisen con
agilidad y de manera efectiva.
Tenemos que consolidar nuestro modelo nacional de sanidad y
servicios sociales, de manera que sean sostenibles, de la máxima calidad y a
disposición de todos los españoles en igualdad de condiciones. Las personas con
discapacidad y las personas en situación de dependencia seguirán siendo nuestra
prioridad.
Tenemos que garantizar que la igualdad real de oportunidades
siga siendo un objetivo esencial. No debe importar ni el nombre ni el origen,
solo el esfuerzo el mérito y la capacidad. En la lucha por la igualdad, no
daremos la batalla por conseguida mientras no erradiquemos de nuestra sociedad la
lacra de la violencia de género.
Tenemos que
continuar impulsando y reforzando la presencia exterior de España, como un
socio fiable y responsable de la Comunidad Internacional y particularmente de
nuestros aliados tradicionales. La lucha contra el terrorismo y el crimen
organizado se sitúa como una prioridad esencial.
UN PACTO POR EL CIVISMO
Tenemos que culminar nuestro compromiso por la recuperación
cívica y la regeneración nacional, promoviendo asimismo un gran acuerdo entre
todos los españoles para devolver a nuestras instituciones el prestigio que
algunos han logrado empañar.
Necesitamos renovar el vínculo de confianza entre
representantes y representados, fortaleciendo nuestra vida democrática y
mejorando el funcionamiento del proceso político.
Ya no basta con que la eficacia y la eficiencia sean nuestras
señas de identidad. La transparencia, la ejemplaridad, la rendición de cuentas
y la exigencia de responsabilidad deben ser incorporadas al ADN de nuestro
sistema institucional.
Y tenemos que perseguir con todos los medios que nos dan las
leyes y el Estado de Derecho a quienes usen la política de manera ilícita con
fines personales. Hemos de derrotar la corrupción en las Instituciones y
también en todos los ámbitos de la sociedad. Para ello necesitamos controles
más exigentes y una Justicia más ágil y eficiente.
EL VALOR DE LA CONSTITUCIÓN
La Constitución del 78 fue el culmen de un largo proceso
constitucional que comienza en 1812. Con todos los aciertos y todos los errores
de los que aprendimos los españoles desde hace casi 200 años, construimos la
Constitución desde la Transición. Todos los grandes avances que contenían
aquellas Constituciones se mejoraron en la de 1978 y se desterraron los errores
de las que eran programas de unos contra otros.
Hace treinta y seis años, la sociedad española comenzaba una
andadura prácticamente inédita en nuestra historia contemporánea: la de
construir un proyecto político para todos los españoles, un marco para la
libertad, para la concordia, para el desarrollo y la prosperidad de nuestro
país.
Los españoles iniciamos un camino basado en el respeto y en
la tolerancia hacia el adversario, dejando atrás agravios, maximalismos e
intransigencias.
Ese proyecto
político fue posible gracias a que la sociedad española tenía un objetivo
común, un punto de llegada compartido: el tránsito mediante la reforma política
de un régimen de dictadura a otro constitucional y democrático.
Treinta y seis años después, puede decirse que el proyecto ha
sido un éxito sin precedentes en nuestra historia contemporánea:
Nos hemos integrado, como miembro de pleno derecho, en las
grandes instituciones de las naciones occidentales, fundamentalmente la OTAN,
la Unión Europea y el Consejo de Europa. España se ha convertido en uno de los
principales actores europeos e internacionales, destacando su vocación
iberoamericana. Además, jugamos hoy un papel fundamental como frontera sur de
Europa, desde el compromiso de nuestros compatriotas ceutíes y melillenses.
Somos uno de los países con mejor nivel de comunicaciones y
transportes a nivel internacional, lo que ha contribuido a la cohesión y a una
mejor vertebración económica, social y territorial. A ello se une una decidida
apuesta de los poderes públicos a favor de la innovación, la investigación, el
desarrollo de las nuevas tecnologías y la conservación del medio ambiente,
ayudando así a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y a asentar sobre
bases sólidas la competitividad de nuestra economía.
Gracias a nuestra Carta Magna, nos hemos constituido como un
Estado altamente descentralizado, que busca la cercanía de sus políticas a los
ciudadanos desde las administraciones autonómicas, provinciales, insulares y
municipales, y que reconoce y ampara la riqueza que representan las singularidades
territoriales y culturales dentro una gran Nación.
Nunca las lenguas y rasgos propios de la diversidad española
estuvieron tan presentes en la conciencia del conjunto de los ciudadanos, ni
tan protegidos por el ordenamiento jurídico y constitucional.
Hoy los españoles hablamos el castellano, nuestra lengua
común, y sentimos, con plena certeza, que las demás lenguas cooficiales forman
parte inseparable de nuestra identidad nacional y de nuestra riqueza.
Es preciso, pues, ratificar la vigencia del Estado de las
Autonomías como organización territorial idónea para gestionar el alto nivel de
autogobierno conseguido y como instrumento que, desde la cohesión social, la
colaboración y la lealtad institucional, nos permite alcanzar juntos las cotas
de bienestar que merecemos los españoles.
Y es preciso celebrar la fuerza de una Constitución que, por
primera vez en nuestra historia contemporánea, nos ha integrado a todos y nos
ha permitido convivir, desarrollarnos y transformarnos en uno de los primeros
países de la Unión Europea.
Con este
manifiesto, rendimos tributo y memoria a todos cuantos colaboraron en este
éxito histórico de nuestra sociedad: a todos los españoles que con cuyo
esfuerzo, generosidad y altura de miras erigieron la convivencia como pilar
esencial de nuestro nuevo país. Y muy especialmente, a las víctimas del
terrorismo, que serán siempre la referencia moral de nuestros valores
democráticos.
Hoy los españoles podemos mirar sin ira el largo y fructífero
camino que hemos sabido recorrer juntos. El espíritu de la Transición debe
preservarse siempre. La Constitución consigue la mejor versión de España y de
los españoles. Una España a la que se mira y admira en el mundo, unos españoles
que han hecho de la solidaridad y del progreso, de la alternancia política y la
descentralización una moderna seña de identidad.
Queremos reconocer la labor de su S.M. el Rey D. Juan Carlos
I, y de personalidades como Adolfo Suárez, sin cuya inteligencia y sin cuyo patriotismo
nada de esto habría sido posible.
Una gran Nación como España debe saber poner en valor con
generosidad ese legado, que hoy encarna S.M. el Rey Felipe VI.
Es cierto que los últimos años han sido muy difíciles, porque
la crisis económica ha exigido grandes sacrificios, pero reafirmamos nuestro
convencimiento de que solo con el edificio institucional que nos ha mantenido
unidos todo este tiempo podremos superar todas y cada una de esas dificultades.
Juntos y con el esfuerzo de todos los españoles hemos
empezado a salir de la crisis, a recuperar el crecimiento económico, a crear
empleo, a consolidar y fortalecer nuestro sistema de protección social y, en
especial, la sanidad y la educación públicas, los servicios sociales y las
pensiones de nuestros mayores.
Sólo juntos seremos capaces de superar la otra gran amenaza
para nuestra democracia, la corrupción, que ha hecho tanto daño como la crisis.
No en vano es una crisis que se añade a la económica, una crisis ética o moral
en el ejercicio de la política.
La regeneración política es una exigencia democrática de
primer orden y exige la profundización en el sistema de la democracia
representativa, que hoy queremos poner en valor. Estamos convencidos de que sin
nuestra Constitución la superación de esta crisis será mucho más difícil y de
que sin democracia representativa y transparencia no existe la regeneración
política verdadera.
Apelamos a la conciencia de todos los
ciudadanos para desoír populismos, cantos de sirena, soluciones demagógicas,
reclamos y eslóganes propios del oportunismo político, que solo contribuyen a
la destrucción de lo que con tanto esfuerzo hemos conseguido.
La Constitución Española de 1978 significa respeto mutuo,
integración, unidad, libertades públicas, progreso económico y social,
solidaridad e igualdad de todos los españoles.
Por eso, desde el Partido Popular la sociedad española debe
sentirse orgullosa de esa obra colectiva, inédita en nuestra historia
contemporánea, que nos permite mirar hacia adelante, ganar el porvenir y
mejorar el bienestar.
Insistimos en la necesidad de cuidar ese legado
constitucional que, con las imperfecciones propias de toda obra humana, ha
sabido operar una revolución silenciosa, pacífica, armónica, reformista,
articulada desde la lealtad institucional y que hoy algunos se han empeñado en
quebrar.
Compartir reformas, sí, pero siempre con la mirada puesta en
la utilidad para toda la sociedad española, sin renunciar en ningún caso a los
valores fundamentales que caracterizan nuestro proyecto común y siempre desde
el consenso.
En el trigésimo sexto aniversario de nuestra Constitución, es
preciso reafirmar su validez. Sus fundamentos y los valores que garantiza son
hoy más necesarios que nunca.
Sólo desde el espíritu de la Constitución podrá España
terminar de salir de la crisis y superar con éxito las graves consecuencias que
ha acarreado para los ciudadanos y para sus familias.
Sólo desde la Constitución seremos capaces de rechazar
planteamientos de radicalidad y de ruptura.
Sólo desde el espíritu de concordia del que emanó la
Constitución de 1978, España ganará el futuro y los españoles podremos
compartir y ofrecer un proyecto común, ilusionante y solidario, basado en la
riqueza de la diversidad y en la fortaleza de nuestra unidad.
España necesita más que nunca la Constitución de 1978. Y
nosotros queremos ponerla nuevamente en valor.
EL VALOR DE LA
POLÍTICA
España necesita un nuevo tiempo para la política. La política
como instrumento transformador de la realidad, para propugnar una visión de conjunto,
en cuyo marco las necesidades del país y de sus ciudadanos se encuentran por
encima de los intereses y de la ideología de partido
Reivindicamos el valor de la política reformadora, que amplíe
las bases de consenso y la participación democrática dentro de los límites que
señala el texto constitucional.
Reivindicamos el valor de la convivencia de la diversidad
dentro de la unidad. El valor de una España plural, pero que tiene un proyecto
común y colectivo, y no de mera agregación de territorios. Reivindicamos la
voluntad de permanecer unidos a pesar de las diferencias.
Cohesión territorial, respeto a la ley y reformas económicas
y sociales son las claves fundamentales para el proyecto en común que España
necesita.
Entre todos, estamos sentando las bases para que los
ciudadanos recuperen la confianza en sus gobernantes. Juntos, estamos
construyendo un futuro mejor para España y para los españoles.
UN COMPROMISO CON EL ESTADO CONSTITUCIONAL DE LAS AUTONOMÍAS
Las Comunidades Autónomas son la expresión propia, auténtica
y genuina de un país plural, tolerante y diverso como el nuestro. Representan
un éxito colectivo del que todos debemos sentirnos orgullosos pues han
contribuido a hacer de España una de las democracias modernas más estables de
nuestro entorno.
Defendemos el Estado Constitucional de las Autonomías como el
modelo de organización territorial más idóneo para gestionar el alto nivel de
autogobierno conseguido y como instrumento que, desde la cohesión social, la
colaboración y la lealtad institucional, nos permite alcanzar juntos las cotas
de bienestar y prosperidad que merecemos los españoles.
Apoyamos sin fisuras el ejercicio de la autonomía política y
administrativa de las Comunidades Autónomas, en especial en lo que atañe al
reconocimiento de hechos lingüísticos y culturales diferenciados, y a la
libertad de decidir sobre determinados asuntos públicos en ejercicio de sus
propias competencias, siempre que se suceda dentro del texto constitucional.
Manifestamos igualmente nuestra convicción de
que el Estado tiene que garantizar la igualdad básica de los ciudadanos en el
ejercicio de sus derechos mediante el establecimiento de políticas comunes,
para defender de manera eficaz los intereses generales, sea cual sea el
territorio en el que residan.
Es mucho lo que hemos aprendido en casi cuatro décadas de
desarrollo autonómico. Por eso es nuestra voluntad renovar el consenso
institucional, recuperando su capacidad integradora y garantizando su eficaz
funcionamiento en beneficio del interés general.
Frente a quienes consideran agotado el modelo o quienes
pretenden simplemente quebrantarlo, nosotros manifestamos nuestra firme
convicción de que el Estado Constitucional de las Autonomías es la piedra
angular sobre la que se cimenta, y así debe seguir siendo, nuestro modelo de
convivencia democrática.
PREPARADOS PARA CONTINUAR
Si los españoles nos vuelven a otorgar su confianza en las
próximas elecciones, los candidatos del Partido Popular nos comprometemos a
promover desde el consenso un perfeccionamiento de la articulación de las
Comunidades Autónomas en el conjunto del Estado, mejorando su participación en
la composición y el funcionamiento del sistema institucional.
Particularmente, propondremos una revalorización de las
Conferencias Sectoriales como órganos de acuerdo y de ejecución, desarrollando
y consolidando estructuras cooperativas y solidarias con el fin común de servir
a los intereses generales de los ciudadanos.
Impulsaremos un gran diálogo nacional en el que todos,
libremente, podamos expresar nuestras posiciones y juntos trabajar por el
fortalecimiento de nuestro Estado Autonómico y en el que todas las
sensibilidades se vean representadas.
Consolidaremos un modelo de gestión basado en la
transparencia, la responsabilidad y la rendición de cuentas. Impulsaremos la
renovación de la Administración Pública, en la que el centro sea el ciudadano y
donde se recupere el valor de servicio y servidor público.
Abordaremos la necesaria reforma de la financiación
autonómica, bajo parámetros claros y justos que permitan a todas las
Comunidades Autónomas abordar sus competencias bajo el prisma de la estabilidad
presupuestaria y la sostenibilidad financiera.
Continuaremos
eliminando duplicidades de gasto para que los ciudadanos tengan siempre claro a
quién corresponde la prestación de los servicios que reciben. Daremos un nuevo
impulso a la simplificación regulatoria, administrativa y legislativa.
Reforzaremos nuestro compromiso con una renovada agenda
social para el bienestar, el empleo y la prosperidad. Las familias y las
personas en dificultad seguirán estando en el centro de nuestra acción
política.
Pondremos todas las capacidades de las Comunidades Autónomas
al servicio de la creación de empleo, reduciendo la tasa de paro y aumentando
la tasa de ocupación.
En aras a impulsar el crecimiento, centraremos nuestra acción
de gobierno para los próximos cuatro años en la promoción de la iniciativa
social, en la expansión de la capacidad emprendedora de los ciudadanos y su
potencial para la creación de empleo.
En definitiva, los desafíos aún pendientes son muchos y
exigen la implicación de todos, empezando por quienes representamos a los
ciudadanos en las Instituciones públicas. Continuaremos trabajando para que los
Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas garanticen una verdadera cohesión
social, asegurando a los españoles el bienestar que se merecen.
UN COMPROMISO CON LOS AYUNTAMIENTOS
En esta labor para recuperar España, el municipalismo ha
jugado un papel fundamental. Los ayuntamientos han sido, por su proximidad al
ciudadano, el verdadero termómetro de la sociedad. Quienes con mayor ahínco han
trabajado durante estos años por y para las personas que peor lo estaban
pasando. Lo han hecho, además, con la lealtad, la disciplina y el sentido de
Estado necesarios para cumplir con todas las obligaciones derivadas de la
austeridad presupuestaria.
En el Partido Popular consideramos que las corporaciones
locales son de vital importancia para el fortalecimiento de la cohesión
territorial y la convivencia democrática. Por eso nuestro compromiso hacia
ellas ha sido y será absoluto. Es nuestro deber desarrollar una administración
eficiente y próxima, basada en los principios de legalidad, transparencia y
seguridad jurídica.
Las personas han sido y son el centro de nuestras políticas.
Por eso, desde siempre en nuestro país, los Ayuntamientos de las distintas
localidades han tenido como objetivo último satisfacer las necesidades reales
de los habitantes y prestarles los mejores servicios públicos posibles.
En estos cuatro años
hemos dado un paso muy importante para el fortalecimiento de las instituciones
locales, garantizando por ley la financiación y la sostenibilidad de todos los
servicios públicos municipales, evitando así que vuelvan a verse comprometidos
en el futuro. El camino recorrido por los ayuntamientos, pasando del déficit al
superávit en solo cuatro años, ha contribuido a la consolidación fiscal y al
saneamiento de las cuentas públicas españolas.
España se merece unos Ayuntamientos modernos, una
administración municipal que tenga una relación cercana y sencilla con el
ciudadano. Hemos transformado la administración local para conseguir unos
servicios públicos más coordinados, inclusivos e innovadores en los que las
personas sean lo primero y lo último de todas las decisiones.
Hemos apostado por el desarrollo de entornos sostenibles y la
protección del medioambiente en todos los municipios. A pesar de las
dificultades derivadas de la situación económica, los Ayuntamientos españoles
han sabido cuidar los recursos naturales e integrar la variable ambiental en
todas sus medidas, asegurando un futuro más sostenible en el que puedan vivir
nuestros hijos.
Así, en estos cuatro años, hemos dotado a los ayuntamientos
de las infraestructuras necesarias para gobernar y para ayudar a quienes más lo
han necesitado, reduciendo las desigualdades entre ciudadanos e intentando
hacer una administración local más solidaria y capaz de dar el mayor apoyo a
las personas.
En nuestra apuesta por una regeneración política transversal,
hemos propuesto a los españoles una tarea de recuperación cívica que fortalezca
la democracia y los principios constitucionales. Y en ella, los Ayuntamientos
tienen una labor de suma importancia por su cercanía al ciudadano en su día a
día. Son las corporaciones locales las que deben profundizar en la democracia,
ser ejemplares en sus decisiones y ofrecer soluciones a los problemas
inmediatos de los españoles.
PREPARADOS PARA CONTINUAR
Sin embargo, en el compromiso que adquirimos con los
españoles en el 2011, el trabajo no está terminado. Consideramos que es
imprescindible continuar con la tarea de recuperación social y económica de las
corporaciones locales, que hace tan sólo 4 años parecía imposible de llevar a
cabo.
Si los españoles nos vuelven a otorgar su confianza,
pondremos en marcha propuestas y adquiriremos compromisos más ambiciosos; todos
los que no pudimos culminar por la urgencia en resolver la gravísima situación
económica, pero para los que España en general y sus Ayuntamientos en
particular, están ahora preparados.
Nos comprometemos
con unas medidas pensadas y definidas sobre las necesidades de los municipios y
sus ciudadanos. Con propuestas que sitúan a la familia como el pilar más
importante sobre el que asentar la vida en comunidad y la sociedad del
bienestar. Queremos que los Ayuntamientos promuevan la igualdad entre hombres y
mujeres, piensen en los niños y en los jóvenes preparándoles para el futuro, y
reconozcan el papel fundamental de los mayores.
Trabajaremos para seguir garantizando municipios más seguros,
y para erradicar cualquier comportamiento incívico que deteriore una
convivencia ejemplar en nuestros pueblos y ciudades. Es nuestro deber aspirar
siempre a tener municipios más seguros y en un entorno de mayor libertad.
Consolidaremos el comercio local como elemento dinamizador de
la economía de nuestros pueblos y municipios, y como agentes creadores de
riqueza y empleo, favoreciendo las sinergias y la coordinación con las pymes.
Favoreceremos el tejido socio-económico del mundo rural
impulsando la coordinación de las políticas de desarrollo rural para optimizar
el proceso de cohesión económica, social y territorial. Pondremos en valor ante
la sociedad el importante papel que los agricultores y ganaderos desarrollan.
Responderemos a la creciente preocupación ciudadana sobre las
cuestiones ambientales que afectan a su municipio, con medidas para la
conservación del patrimonio cultural y natural que tenemos y para un desarrollo
urbanístico eficiente y sostenible. Trabajaremos por y para unas ciudades inteligentes
en el entorno más saludable posible.
Seguiremos mejorando la accesibilidad de los transportes
públicos en el entorno urbano y facilitaremos la movilidad interurbana, siempre
dando especial atención a las personas con discapacidad.
Continuaremos trabajando para conseguir una administración
municipal más cercana, rápida y coordinada, que facilite la integración de las
personas en su entorno laboral y social, y que favorezca la participación
ciudadana en la comunidad en la que viven. Potenciaremos un diálogo fluido y
estable con las asociaciones de representación de ciudadanos que canalizan las
necesidades de los habitantes.
Pondremos nuestros Ayuntamientos a disposición de las
iniciativas sociales, creando un espacio para la creación, la libertad y el
dinamismo cultural, como mejor manifestación de una sociedad moderna y
avanzada.
Todas las decisiones y propuestas han tenido y tienen como
objetivo mejorar la convivencia, la cohesión y la igualdad de oportunidades
para todos, siempre garantizando unos servicios públicos de calidad.
En estos cuatro años hemos aplicado las
reformas a la Administración local que los tiempos y los ciudadanos demandaban.
Ahora es momento de consolidar esos esfuerzos, no sólo de continuar con el
trabajo realizado, sino de mejorarlo, y de seguir transformando en los
municipios lo que todavía no funciona bien.
En definitiva, los desafíos aún pendientes son muchos y
exigen la implicación de todos, empezando por quienes representamos a los
ciudadanos en las Instituciones públicas. Continuaremos trabajando para que los
Ayuntamientos y las Comunidades Autónomas garanticen una verdadera cohesión
social, asegurando a los españoles el bienestar que se merecen.
CONSTRUYENDO EL FUTURO
España somos todos. Sólo desde la lealtad y la cooperación,
en el marco de nuestra Constitución, es viable nuestro proyecto común. Un
proyecto que entiende la pluralidad y la unidad como realidades que enriquecen
y dan fortaleza a nuestro país.
Nos comprometemos con esta idea de España. Una gran Nación de
ciudadanos libres e iguales, democrática, constitucional, diversa y respetuosa
con la legalidad. Un país solidario e integrador, con vocación de proyectar al
futuro tanto su fructífera convivencia a lo largo de la historia como los
éxitos conjuntos alcanzados en nuestro actual marco de libertades.
Defendemos el valor del consenso como el mejor instrumento
para el progreso nacional. Sostenemos el respeto por encima de la ofensa y el
acuerdo por encima de la imposición. El esfuerzo por el diálogo y el entendimiento
son virtudes a exigir en aquellos que ostentan la representación de los
intereses de la Nación.
Apelamos a la lealtad y la prudencia en la observancia de las
reglas del juego constitucional. Llamamos a la construcción de nuevos consensos
y puntos de encuentro, con el mismo entusiasmo o aún mayor que el que pusieron
de manifiesto los constituyentes de 1978. Confiamos en que todos los partidos
políticos y fuerzas sociales que se sienten partícipes del proyecto común
nacional actúen con responsabilidad, altura de miras y sentido histórico del
deber de Estado.
Los candidatos y candidatas del Partido Popular somos
conscientes de la gran tarea que tenemos por delante. Formamos parte del primer
partido de España, un gran partido nacional que ha asumido una enorme
responsabilidad ante el conjunto de la sociedad española. Un partido fuerte y
cohesionado que defiende con vigor nuestras ideas, que habla con la misma voz,
que dialoga siempre y que está abierto a las aportaciones de todos.
Formar parte de
este partido entraña también el compromiso de defender y de impulsar las mismas
ideas en todos los rincones de España. Sabemos que formar parte de un proyecto
común nos ayuda a resolver mejor los problemas de los ciudadanos.
Por ello, nos reafirmamos en nuestra voluntad y en nuestra
decisión de seguir apoyando las políticas reformistas que están impulsando los
gobiernos del Partido Popular, porque estamos convencidos de que son la mejor
garantía para asegurar la cohesión y la estabilidad de España. Estamos preparados
para continuar esa gran tarea de recuperación nacional que comenzó hace cuatro
años y que ahora no se puede frenar.
En ello pondremos todo nuestro empeño
y para ello pedimos una vez más la confianza de los ciudadanos.
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